Una hipoteca es un préstamo que otorga un banco o una institución financiera para que el prestatario pueda comprar un bien, generalmente un bien inmueble, o sea, una casa.
Una hipoteca es un acuerdo entre usted y el prestamista, que le da a dicho prestamista el derecho a tomar su propiedad si usted no paga el dinero que le ha prestado, más los intereses.
¿Qué tipos de hipotecas existen?
- Fija: si el interés no varía durante toda la vida del préstamo.
- Variable: si el interés varía en algún momento.
- Mixta: cuando el tipo de interés se mantiene fijo durante un período inicial superior a 1 año y después es variable.
El primero de los requisitos para pedir una hipoteca y obtener la aprobación es tener unos ahorros suficientes. Y es que, en estos momentos, los bancos no financian todo el precio de la vivienda (salvo excepciones), sino que suelen cubrir hasta el 80% del valor de compraventa o de tasación. En consecuencia, necesitaremos disponer del 20% restante para pagar el resto de la nueva propiedad.
A esto hay que sumarle, además, el coste de los gastos de compraventa y el de los de escrituración de la hipoteca, que conjuntamente equivale al 12% del precio de la vivienda.
Ejemplo práctico: si la casa que queremos comprar cuesta unos 100.000 euros, deberemos tener ahorrados unos 30.000 euros para que nos den la hipoteca.
El segundo de los requisitos, como es lógico, es que también nos exigirán que cobremos un buen sueldo mensual. Normalmente, hay que percibir, como mínimo, unos 2.000 euros mensuales (es una cifra orientativa) entre todos los titulares que suscriban la hipoteca. Así, si nuestra nómina no es suficiente para cubrir esta cantidad, una opción puede ser solicitar la hipoteca conjuntamente con otro titular, como nuestra pareja u otro familiar, de modo que entre todos igualemos o superemos esa cantidad mínima requerida por el banco.
Además, cabe recordar que el Banco de España recomienda no dedicar más del 35% de nuestros ingresos al pago de deudas financieras, incluyendo la cuota de la hipoteca, para no poner en riesgo nuestra economía. Esta cantidad es aplicable a todas las hipotecas, por lo que si dependen de índices como el euríbor o el IRPH deberemos calcular las mensualidades en base a diferentes escenarios del índice para asegurarnos de que, en caso de que suba, podremos seguir pagando.
Si lo que queremos es firmar una de las hipotecas de segunda vivienda que comercializa la entidad, los requisitos que nos pondrá el banco serán más altos, con ingresos de, como mínimo, 2.500 euros y otras garantías extra. Este incremento se debe a que, en momentos de dificultad económica, se deja antes de pagar estas cuotas que las de una vivienda habitual.
Otro requisito que nos exigirá el banco es tener un trabajo fijo e indefinido, en el que tengamos cierta antigüedad. De este modo, le daremos más confianza de que no nos quedaremos sin empleo y de que contaremos con el sueldo suficiente para afrontar las cuotas de la hipoteca sin riesgo para nuestra economía.
Otro de los aspectos que revisará cualquier banco antes de concedernos un préstamo hipotecario, es nuestro historial crediticio. Que sea bueno será uno de los requisitos más indispensables para conseguir la hipoteca, puesto que dará más seguridad a la entidad sobre nuestro compromiso a la hora de hacer frente a nuestras deudas.
Así pues, si constamos en alguna lista de morosos, especialmente por deudas de origen financiero, o si en nuestro historial consta algún impago en el pasado, será prácticamente imposible conseguir que el banco nos vea con buenos ojos a la hora de pedir una hipoteca.
Del mismo modo, si tenemos muchos préstamos vigentes, aunque no hayamos tenido impagos, también reduciremos nuestras opciones, dado que necesitaremos ingresos más altos para que la suma de todas nuestras deudas no supere la recomendación de endeudamiento del Banco de España.
Aportar avales o garantías extra: ¿es buena idea?
Si el banco considera que nuestro perfil financiero no es suficientemente bueno como para darnos el dinero, aportar otros bienes o un aval puede ser de gran ayuda. Y es que la entidad lo verá como una garantía extra ya que, en caso de que no podamos hacer frente a la cuota mensual, nuestro avalista podrá responder.
Eso sí, por mucho que contemos con esta garantía extra, habrá que cumplir los requisitos básicos mencionados para poder conseguir la hipoteca. Además, deberemos tener en cuenta los riesgos que supone respaldar la operación para el avalista.
Riesgos de avalar la hipoteca
Si un familiar o conocido avala nuestra hipoteca, nos ayudará a tener más opciones de conseguirla. Sin embargo, el avalista es responsable solidario de la deuda contraída al firmar el contrato, por lo que tiene ciertos riesgos al contraer las siguientes obligaciones:
Responder por la deuda que contraemos con todo su patrimonio y sus bienes, tanto presentes como futuros, que se podrán ejecutar en caso de impago.
En caso de que el titular de la hipoteca fallezca, los herederos asumirán el préstamo hipotecario y el avalista seguirá siendo una garantía de pago.
Si es el avalista quien fallece, sus herederos también se quedarán con la responsabilidad que aceptó.
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