El valor de valoración de una vivienda se calcula por la media del valor de las ventas recientes de viviendas similares de la zona y por las tendencias actuales del mercado moduladas en función de la oferta y de la demanda.
También hay otros aspectos que son determinantes para evaluar la valoración de tu vivienda. Vamos a analizar los siete principales, que son:
- Ubicación de la propiedad.
- Tamaño de la propiedad, superficie.
- Estado de conservación de la propiedad.
- Distribución de la propiedad.
- Características constructivas de la propiedad.
- Propiedades colindantes y cercanas.
- Estado del mercado inmobiliario.
1) La ubicación de la propiedad
Seguramente éste sea el factor más importante a la hora de calcular el valor de una propiedad. Y esto se puede aplicar a mayor escala y a menor. Es decir, en las ciudades y pueblos hay zonas en las que los precios de los inmuebles son más altos, pero también hay, directamente, ciudades y pueblos que se valoran de un modo mucho mayor que otras.
En general, en España, las ciudades suelen ser más caras que los pueblos. Pero siempre hay excepciones, ya que hay poblaciones de menor tamaño cuya cotización está por las nubes, y que pueden ofrecer inmuebles a unos precios tan altos como los barrios más solicitados de las grandes capitales.
Como norma general, una propiedad que esté en el centro de las ciudades y pueblos suele tener un valor más alto que los que estén en barrios de extrarradio. También hay algunos de estos barrios que disponen de grandes servicios y mucha oferta de ocio, porque son barrios más residenciales, y también están muy cotizados. Por el contrario, hay determinadas zonas alejadas del centro que disponen de pocos atractivos para los compradores o que, directamente, sus inmuebles predominantes no son residenciales, sino industriales. En estos casos, lo más habitual es que los precios sean inferiores y que el valor del suelo sea mucho menor y con pocas posibilidades para los inversores.
2) El tamaño de la propiedad
Otro de los factores más obvios para calcular el valor de una propiedad es el tamaño de ésta. Como hemos dicho anteriormente, la ubicación de la propiedad es un factor fundamental, por lo que un inmueble pequeño en una zona cara puede resultar mucho más caro que uno de mayor tamaño en una zona poco atractiva.
Pero a igualdad de condiciones en cuanto a ubicación, el tamaño siempre será un condicionante muy importante. Un inmueble con mayor número de metros cuadrados, por norma general, tendrá un precio superior a uno de similares características y menor tamaño. Decimos lo de la norma general porque, a continuación, seguiremos analizando otros factores que también pueden afectar a dicha valoración.
3) El estado de conservación de la propiedad
Éste es otro de los factores más a tener en cuenta a la hora de calcular el valor de una propiedad. Se podría decir que el punto más alto de valoración cuando se tiene en cuenta la conservación de una propiedad es cuando ésta es a estrenar. O sea, en los casos en los que se trata de una obra nueva.
También se valoran muy bien los inmuebles que han sido restaurados o reformados recientemente y que, a pesar de tener unos cuantos años de antigüedad, se puede decir que no han sido utilizados desde estos trabajos de renovación.
A partir de ahí, todo influye negativamente en la valoración. Se puede entender que un piso más antiguo pueda estar, obligatoriamente, peor conservado. Pero no tiene por qué ser así necesariamente. Los antiguos usuarios de ese inmueble pueden haber sido más o menos cuidadosos, haberle dado un uso u otro a los espacios, haber tenido animales o no, ser fumadores o no, etc. Cualquier pequeño detalle puede influir en la conservación a medio plazo y, consecuentemente, en el valor del inmueble. Digamos que, para calcular esto, habría que calcular también –o pedir un presupuesto– de cuánto costarían todos los trabajos de reforma necesarios para que el inmueble tenga un aspecto de completamente renovado.
Pero la antigüedad del inmueble también puede tener otras pegas que no se refieren solo al uso y conservación del aspecto más visible de las estancias. Hay otros aspectos relacionados con la eficiencia energética, estado de las instalaciones, etc. que también pueden afectar a la calidad de vida en dicho inmueble e influir negativamente en la valoración final.
4) La distribución de la propiedad
Este factor está relacionado con el tamaño, aunque su influencia puede ser mucho más grande en casos que puedan parecer extremos. Y es que, por muchos metros que haya en la propiedad, si éstos no están bien dispuestos y no se pueden aprovechar del modo más interesante, acabará resultando de un modo semejante a no contar con tantos metros.
La distribución no solo tiene por qué influir en la eficiencia, sino en la estética. Y una propiedad que no sea atractiva a los ojos también puede perder mucho valor con respecto a una cuyos espacios resultan acogedores y llenos de posibilidades a simple vista.
Por regla general también apuntamos que una vivienda que tenga más habitaciones y cuartos de baño, también será más cara que otra con inferior número de habitaciones o baños.
5) Las características constructivas de la propiedad
Este factor, por su parte, puede haber influido en el estado de conservación de la propiedad, pero va más allá. Si ésta está construida con materiales de buena calidad y cuenta con instalaciones de primer nivel, además de resultar más estable en términos de conservación, se depreciará en menor medida con el paso de los años.
Además de esto, hay que valorar las características de las zonas y servicios comunes, tanto en cantidad como en calidad y, de nuevo, con lo que respecta a su cuidado y mantenimiento.
Por último, pero no menos importante, el estilo arquitectónico y estético también puede influir. La participación de un arquitecto de renombre alzará la valoración de la propiedad, o un estilo que resulte atractivo visualmente.
6) Las propiedades colindantes y cercanas
Esto también puede afectar positivamente pero, por desgracia, en la mayoría de los casos solo se tiene en cuenta a la hora de depreciar el valor de una propiedad. Y es que, si el estado de conservación de una propiedad o de inmuebles colindantes a la que se desea valorar es bajo, o es una propiedad que resulta poco atractiva y, por lo tanto, de poco valor, influirá negativamente.
Pero también puede influir la cantidad de propiedades existentes a la venta. Es decir, influye la cantidad de oferta que haya. Si hay muchos inmuebles similares a la venta, el precio descenderá y, en cambio, si la propiedad disponible es escasa o única, el valor será más alto.
Una de las cosas que se suelen hacer para calcular el valor de una propiedad en relación a las otras más cercanas es analizar los precios de venta más reciente en la zona.
7) El estado del mercado inmobiliario
Y, con respecto a estas últimas palabras, que se refieren más concretamente a la pequeña escala, también hay que valorar el estado del mercado inmobiliario de un modo más amplio y, en último término, el de la economía en general, que pueden influir enormemente en el valor de una propiedad.
Siempre habrá inmuebles que, por sus características únicas y exclusivas, o por dirigirse al sector de mayor lujo, no vean tan alterado su valor, pero en el caso de que el mercado inmobiliario no pase por un buen momento o que haya un contexto de crisis en general, las valoraciones de las propiedades serán más bajas. Aunque, en realidad, esto puede influir en el valor concreto de un piso pero no en su valoración con respecto a otros inmuebles similares, ya que todos deberían aumentar o disminuir en la misma proporción.
Éstos son los factores que más pueden influir a la hora de determinar el valor de una propiedad. Como vemos, no son pocos, ni tampoco es sencillo calcular la influencia de cada uno, pero sí que se han de tener en cuenta siempre cuando se quiere comprar un piso, ya que subestimar alguno de ellos puede acabar suponiendo una mala inversión para el comprador.
¿Cómo puedo aumentar la valoración de mi vivienda?
Si está vendiendo su vivienda, le dejamos algunos consejos para mejorar la valoración de su vivienda:
- Qué no haya grietas ni manchas de humedad.
- Qué no haya grifos con goteras ni ventanas rotas.
- Qué no haya malos olores.
- Tener la casa ordenada con las camas hechas y la cocina recogida.
- Qué esté bien pintada con colores claros y neutros.
- Informar de colegios, centros de salud, bibliotecas, zonas deportivas,… cercanas o próximas a construirse.
Esperamos que con esta información y esta recopilación de valores influyentes puedas permitirnos asesorarte y guiarte, tanto con nuestra experiencia profesional como con nuestra experiencia personal tanto en los comienzos como en el resto de las gestiones profesionales para la venta de tu vivienda.
INMOTIME.